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Bokassa: los teloneros desconocidos de Metallica

12/03/2019

Seguro que os pasó a muchos de los que fuisteis raudos a comprar la entrada para las paradas españolas de la gira europea de Metallica en Madrid y Barcelona. Muchos os alegraríais de encontraros en el cartel a otra de las bandas más importantes del rock actual: los suecos Ghost. Pero, sin embargo, casi todos os preguntaríais quiénes coño eran esos Bokassa que aparecían en tercer lugar, destinados a abrir uno de los grandes acontecimientos musicales del año.

No os sintáis culpables, prácticamente nadie conocía al trío noruego que ‘homenajea’ con su nombre al dictador centroafricano Jean-Bédel Bokassa, más allá del ‘underground’ de su nórdico país, hasta que ocurrió uno de esos milagros que acontecen cada mucho tiempo en el mundo de la música. Sucedió que uno de sus fans se dedicó a soltar alabanza tras alabanza sobre ellos en una radio estadounidense (aquí tenéis sus declaraciones concretas). El hecho hubiera quedado en una muestra de frikismo del interlocutor si no fuera porque este se llamaba Lars Ulrich y lleva unos añitos tocando la batería en un conocido grupo de heavy metal de San Francisco. Bastó ese gesto, acompañado de una respuesta llena de sorpresa de Bokassa en sus redes sociales, para que su nombre empezara a sonar a unos cuantos ‘metalheads’ en todo el mundo, seguimiento que ha crecido exponecialmente cuando Ulrich ratificó su admiración por ellos y les fichó como uno de los teloneros de los autores de «Master of Puppets» para su nueva gira mundial.

¿Y a qué suenan Bard Linga (voz y bajo), Olav Dowkes (voz y batería) y Jorn Kaarstad (voz y guitarra) cuando se cuelgan sus instrumentos? Pues a nada demasiado original, pero sí excitante: un hardcore-punk a toda hostia, con no mucho de rock pero sí bastante de roll y algunas pinceladas de stoner e incluso trash metal, cuando se ponen más brutotes, que no me extraña que hayan subyugado al adolescente fan del metal que esconde Ulrich tras su actual estatus de batería ‘showman’ multimillonario. Al igual que en los albores de los 80 el antiguo aspirante a tenista danés se pirraba por la contundencia de Mötorhead y el talento compositivo de Saxon o Barón Rojo, Bokassa le remitirán sin dudarlo a los Metallica más primitivos, esos que eran pura energía y frescura (y talento) y optaban más por la rapidez que por la sofisticación que posteriormente irían adquiriendo.

Bokassa tienen aún una discografía corta y por lo tanto son ideales para cogerles el punto sin tener que invertir demasiado tiempo antes de las esperadas citas de mayo. El EP «The Great Northern Roadkill» (2014) supuso su estreno discográfico y evidencia las virtudes y defectos de toda ‘ópera prima’. Tres temas trepidantes de punk guarro, con un sonido muy primitivo, recordando, en su faceta más rockera, a aquellos desprejuiciados Nashville Pussy de los inicios. «Some Bands (Are Noise Pullution)» supone su primera gran canción y una advertencia seria de lo que está por venir.

Su siguiente EP, «War on Everything», no tardó más que un año en llegar, pero la evolución, sin ser radical, ya es patente. Bokassa siguen siendo veloces como el viento, pero ya en muchas ocasiones optan por ralentizar un pelín sus inmisericordes balazos para sonar mucho más contundentes, con un perfil más cercano al hardcore puro y duro. El tema título y el cierre con la hímnica «Narcissism is Underrated» son dos pepinazos de aúpa que elevan notablemente el listón de calidad y parecen ideales para caldear sus enérgicos conciertos. Mientras, los riffs stoner aparecen por primera vez en su música, aunque de forma tímida, y matizan otros dos buenos temas como «Just Enough Education to Perform (A Vasectomy)» y, sobre todo, la estupenda «No Control». Completa el trabajo su composición más elaborada hasta la fecha: «Golden Libido». En ella, la guitarra aparece menos en primer plano, el riff es más complejo, la estructura es más rica, con mayor alternancia de parones y acelerones; y vuelven a haber paisajes más profundos, de evocación desértica, que hacen prometer nuevos derroteros.

La esencia más inmediata y pura de Bokassa se puede obtener en su único disco largo hasta el momento, ese «Divide and Conquer» publicado en 2017 y que fue -escucha y recomendación de Ulrich mediante- el que les ha acabado por poner definitivamente en el mapa. Su iconoclasta visión del mundo y su humor quedan bien patentes en sus paródicos títulos de canciones y su desesperanza vital, rayana en el nihilismo, queda bien patente en frases como:


«All my dreams are dead and burried
This is just what I became
No ambition necessary
Every day I think the same «

Como bien ellos dicen, estamos ante el sonido de un mundo que va hacia el infierno:


«This is the sound of a world that’s gone to hell
We all bow down ‘till the day we die
We all bow down ‘till the day we die»

Los temas más conectados con su pasado son dos bombazos como «Last Night (Was a Real Massacre)» y «Crocodile Dundee», espídicas piezas con guitarras muy contundentes y unos coros que aúpan considerablemente los enganchones estribillos. En una línea aún más dura, rozando por momentos el trash metal mas conectado al punk, convencen notablemente «Walker Texas Ranger», «Five Finger Fuckhead» -con notables recuerdos a los incombustibles Zeke- y la breve «Retaliation», que no está muy lejos de lo que hacen por estos lares los históricos Soziedad Alkohólika. La canción con la que más conectarán los más proclives al rock clásico es «Here Goes Nothing», con algún deje que recuerda a unos ilustres antecesores de su propio país, Turbonegro. La cara más evolucionada del grupo se deja notar en «Genocidal Tendencies», un tema algo más pausado, que juega con una vox filtrada y que muestra unos dibujos de guitarra más elaborados, más al estilo del heavy metal clásico; aunque, sin duda, la pieza más sorprendente es la que cierra el álbum: «Inmortal Space Pirate (The Stoner Anthem)», que hace honor al género mencionado en su título con una duración mucho mayor de lo habitual en el grupo, amplios y saturados desarrollos guitarreros y, por momentos, pareciendo más una canción de otra formación (bien podría pertenecer, por ejemplo, a Orange Goblin) que se ha colado en el disco que una propiamente de Bokassa.

Los últimos lanzamientos de la banda -dos singles publicados el pasado 2018- confirman la doble vertiente actual del grupo. Mientras que «Only Gob can Judge me» incide en ese nuevo gusto por el stoner más agresivo y guitarras muy cargadas, «Hellbilly Handfishin'» se mantiene en su más clásico sonido hardcore-punk, ambas gozando de muy buena factura.

Es todo un detalle que un espectáculo de tan masivas dimensiones nos dé la oportunidad de descubrir nuevos nombres que desconocíamos totalmente. Aún es pronto para saber si Bokassa van a firmar una trayectoria importante o, al contrario, pasarán pronto al olvido. Por ahora, lo más importante es que se trata de una formación en constante crecimiento y lo suficientemente explosiva para recomendar a todos los afortunados que tienen su entrada que anticipen un poco su llegada y den una oportunidad a estos tres locos noruegos, el entretenimiento parece más que asegurado. No sea que luego se arrepientan.

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