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Coldplay en diez canciones

18/05/2012

Pocas cosas hacían presagiar en el año 2000 que el tímido y bisoño grupo formado por Chris Martin, Jon Buckland, Guy Berryman y Will Champion terminaría convirtiéndose en la gran referencia del pop mainstream actual, la banda de estadios del siglo XXI  y el más cualificado aspirante al trono virtual que desde hace décadas ostenta U2. En doce años han evolucionado desde el rol de grupo de dormitorio para acompañar en la intimidad reconfortante del hogar a gigantesco mastodonte cuyo hábitat natural son los grandes recintos. De la emoción por la vía de la sutileza y la sencillez de “Parachutes”  a la épica expansiva digna del mismísimo Mío Cid  de “Mylo Xyloto”. Su concepción ortodoxa del pop nunca ha buscado ensanchar los límites del género, ni tampoco tienen el charm de las superstars (bueno, Martin tiene algo de carisma –aunque lejos de la personalidad del Bono de sus mejores tiempos o del magnetismo de Michael Stipe-, pero los otros parecen tres maniquíes). No arman broncas, no dan grandes titulares y son políticamente correctos; quizás por eso mismo sean la banda perfecta para estos tiempos asépticos que corren.  Aunque por encima de cualquier “pero” que se les pueda poner lo que quedan son las canciones, y, amigo, hay que reconocer que Coldplay tienen un buen puñado que merecen la pena. Demos un repaso a su carrera de la mano de diez de ellas:

YELLOW

Coldplay surgen en un momento en el que el brit pop agoniza víctima de sus propios excesos y de la lucha de egos entre bandas rivales.  La escena a finales de los noventa gira hacia una escala menor, de raíz más acústica y tono introspectivo. En la época de Travis, Doves o Starsailor, el grupo de Chris Martin destaca por su perfil vulnerable y tristón, la belleza de sus líneas melódicas, la melancolía de sus pasajes atmosféricos y la emotividad de la garganta de su cantante. “Yellow” es la canción que mejor los define. Un himno ensoñador y humilde que no renuncia a la grandeza pero sin perder nunca los pies del suelo.

 

DON’T PANIC

Aunque las hordas “indies” terminaran odiando la vena grandilocuente de la banda, hubo un tiempo en el que Coldplay tuvieron todos los números para ser una de las bandas favoritas de la parroquia alternativa. “Don’t panic” acaricia con su intensidad susurrante y su sutileza folk atravesada por prístinas ráfagas de guitarra eléctrica. Como si Nick Drake se reencarnara en Echo & The Bunnymen. El tema que abre “Parachutes” (2000) también fue incluido posteriormente en la banda sonora de la película “Algo en común”, junto a canciones de The Shins, Iron and Wine o  Thievery Corporation, compañeros de viaje muy distintos de los que tendrían en el futuro.

 

IN MY PLACE

El grupo se convierte en un fenómeno de masas con “A rush of blood to he head” (2002), un disco que mantiene la calidez melódica y el tempo tranquilo de su debut pero con un enfoque más robusto, panorámico y ambicioso. “In my place” conserva la refinación, ternura y espontaneidad de su trabajo previo, pero adquiere un matiz más universal a través de la historia de un amor no correspondido. Es el tema que coloca a la banda definitivamente en Primera División.

 

CLOCKS

Su tema más popular  y emblemático hasta la llegada de “Viva la Vida”. Posiblemente sea su “Where the streets have no name”. La canción bisagra a partir de la cual la referencia deja de ser Jeff Buckley o  Tim Drake para convertirse en U2.  A partir de aquí los estadios ya no son demasiado grandes. El mágico fraseo de piano impulsa el tema hasta el infinito y más allá, y la cautivadora melodía está hecha, como el halcón maltés, del material con el que se construyen los sueños. Ganó el premio Grammy a la mejor grabación del año y sonó continuamente en las cortinillas de informativos de TVE.

 

FIX YOU

En “X&Y” (2005) ya queda muy poco de la frescura de  “Parachutes”. Coldplay definitivamente quieren sonar enormes, cinemáticos y majestuosos. Chris Martin se autoimpone el reto de superar a U2 (así lo dice en las entrevistas de la época, en la que asegura que pone la foto de los irlandeses en la pared y se autoestimula adjudicándoles el papel de un Ivan Drago al que hay que noquear). El resultado es un disco excesivamente pomposo, melodramático y  grandilocuente al que, con todo, no le faltan buenas canciones. “Fix you” es de las mejores porque se sostiene en una hermosa melodía envuelta en piano y órgano eclesiástico que explota a los tres minutos contra un muro eléctrico que recuerda a The Edge (cada vez más presente en el sonido de Buckland) y unos coros embriagadores con esencias góspel.

 

TALK

Coldplay nunca tendrán el perfil rockista de unos compañeros de generación como Muse, ni tampoco alcanzarán las cotas de sano hedonismo petardo de The Killers, pero sí pueden marcarse de vez en cuando escapadas hacia terrenos más dinámicos, colindantes con las pistas de baile, como en “Talk”, canción en la que toman prestado el riff de “Computer love” de Kraftwerk para edificar una pieza atmosférica con ribetes electrónicos y sintetizadores espaciales culminada por un inspirado y pegajoso estribillo.

 

VIVA LA VIDA

Y llegamos a la CANCION con mayúsculas. El himno que gusta incluso a los haters y que es uno de los pocos clásicos incuestionables del “mainstream” de la primera década del siglo XXI. Imposible no rendirse ante esos majestuosos arreglos de cuerda vistiendo una melodía de polvo de estrellas que estalla en un perfecto estribillo de vitalidad eterna. Incluso las comprensibles acusaciones de plagio (a Joe Satriani hubo que darle una buena compensación bajo cuerda por el parecido más que sospechoso con su “If I could fly”) resultan irrelevantes ante una canción de semejante poderío, que ni siquiera la excesiva exposición pública ni las parodias han conseguido desgastar.

 

LOVERS IN JAPAN

Con “Viva la Vida or death and all his friends” (2008), Coldplay dan un paso más en su proceso de “udosificación”, contratando para ello a Brian Eno, el productor detrás de las reinvención de  la banda irlandesa en “The unforgettable fire” y pieza clave en “The Joshua tree” y “Achtung baby”. El resultado es su disco más arriesgado, un paso adelante en el que Martin y compañía exploran nuevos sonidos, matices y estructuras que enriquecen su discurso y les alejan del acomodamiento que se intuía a la vuelta de la esquina de “X&Y”. En esa línea destaca la épica “Lovers in Japan”, que toma ritmos y texturas de Arcade Fire, prueba de que el grupo está atento a los movimientos más excitantes que ocurren a su alrededor.

 

PARADISE

“Every teardrop is a waterfall” es un desconcertante avance de “Mylo Xyloto” (2011), y no tanto por robar la melodía de “I go to Rio” de Peter Allen –inspiradora de la popular “El ritmo de la noche”- como por tratar de emular la euforia de “Viva la Vida” sin rastro de su inspiración. Así las cosas, tiene que ser “Paradise” la que ponga las cosas en su sitio con un melodía y unos coros ideales para cantar rodeados de gente en los estadios, quizás excesivamente sepultados entre capas y más capas de sonido, pero que, desprovista de toda su parafernalia, se revela como otra bonita tonada marca de la casa.

 

PRINCESS OF CHINA

“Ahora tenemos que competir con Justin Bieber y Adele, que son muy jóvenes”, Chris Martin dixit en las entrevistas promocionales de “Mylo Xyloto”, reveladoras palabras que parecen dar la razón a los detractores de la banda y que explican por qué en “Princess of China” cuentan con una de las mayores estrellas del mainstream actual, la ubicua Rihanna. El dueto, en el que la de Barbados lleva la mayor parte del peso vocal entre elementos electrónicos, un sampler de Sígur Rós, épica de diseño y estribillos contagiosos, es uno de los “highlights” de su último álbum, que quiere seguir la senda inquieta de “Viva la Vida or death…”, con multitud de arreglitos apañados y detalles sonoros (Eno sigue en los créditos), pero que resulta mucho más irregular en conjunto y deja la sensación de nadar y guardar la ropa.

 

10 comentarios leave one →
  1. 18/05/2012 12:54

    Buff, no puedo con ellos. Chris Martin me parece un pseudo-Bono y que transmite la misma energía que un paralítico. No puedo con Coldplay, de verdad, no niego que sean buenos, pero para mí, pertenencen a esa caterva de grupos que llevan intentando ser como Oasis y U2 y no les llegan ni a la suela de los talones. Pero como siempre, incomensurable entrada.

  2. Rodrigo Martín permalink*
    18/05/2012 13:32

    Excelente repaso a la trayectoria de una banda que no es especialmente santo de mi devoción… y voy a confesar que tampoco es, de hecho, una de tus bandas favoritas. Pero no dejo de reconocerles que tienen unas cuantas grandes canciones, aunque tanto «préstamo», desde Kraftwerk hasta Peter Allen, pasando por mi admirado Joe Satriani, acaba resultando un pelín sospechoso.

    En realidad, a mí los Coldplay de los dos primeros álbumes, sin volverme loco, me gustan. Hubiese preferido que hubiesen mantenido ese rollo de grupo tristón, con un Martin gris detrás del piano, ya que no termino de creérmelos ahora que pretenden ser una explosión de colorido, confeti y vitalidad… y coincido con Alex, Martin como front man da a veces más vergüenza que otra cosa, le faltan toneladas de carisma, aunque parezca que pueda tener algo de chispa al lado de sus tres compañeros, y de sus permanentes caras de extrema concentración…

    Lo que más me saca de quicio, no obstante, o me pone directamente enfermo, es ese rollo de querer «competir con Justin Bieber y Adele, que son muy jóvenes”… Qué falta de actitud, qué lástima de banda… Para empezar, Martin daba a entender que ya están mayores, cuando podría citar aquí tropecientas bandas que continúan, cumplidos los 50 o los 60 años, manteniendo unas ganas de rockear y una energía que Coldplay, en la vida, rozarán ni siquiera de lejos… Y luego está el tema de que claramente su obsesión al publicar un álbum es cómo funcione en la lista de éxitos (cuando eso cada vez empieza a tener menos mérito), en vez de preocuparse de hacer, simplemente, el mejor disco posible. Podría citar otros muchísimos ejemplos de bandas que, con honestidad, principios y mucho, muchísimo trabajo, llegan mucho más lejos que Coldplay probablemente no en los medios, pero sí en el corazón de sus seguidores. Supongo que ahora ya son un grupo destinado al consumidor medio, a ese que lo mismo le da comprarse (o descargarse) lo último de Adele, Fito o Sergio Dalma…

    Como siempre, una opinión personal, nada más. Y las risas que nos hemos echado, por cierto, con esa ‘parodia’ de «Viva la vida» que nos has colgado, lo mejor de tu grandísima entrada! ;-)

  3. Tamara de Lempicka permalink
    18/05/2012 15:20

    Rodrigo y Jorge, Jorge y Rodrigo (¿por dónde anda el Reverendo?), me parto con vuestras ocurriencias ;-)

    Saludos, boys!

  4. Jorge Luis García permalink*
    19/05/2012 0:16

    Amigos Alex, Tamara y Rodrax, muchas gracias por vuestros comentarios.
    La verdad es que comprendo las animadversiones que despierta Coldplay porque yo también comparto alguna de ellas. Me mosquea mucho esa obsesión por derrocar a U2 y ser la banda más grande del planeta, sobre todo porque no les da para tanto. Chris Martin puede que destaque al lado del cantante gordito de Keane, pero si se le compara con los grandes frontmen de la historia queda irremediablemente en evidencia. Incluso Liam Gallaguer quieto frente al micro y con las manos en la espalda exuda más carisma. Y me decepciona, como a Rodrax, esa obcecación por competir en las listas de éxitos con Justin Bieber o Adele. Pero a cambio, sé que en cada disco van a darme unas cuantas canciones que me van a gustar (ciertamente, ocurría más con los primeros) y se van a meter en mi reproductor de mp3.
    La «parodia» de «Viva la Vida» es mítica. La primera vez que la ví no podía dejar de llorar de la risa.
    Tamara, el reverendo anda por ahí, seguro que si le buscas bien le encuentras :-)

  5. Lucia permalink
    11/06/2012 22:53

    Pues nada… fui a Montjuic…. horrible… fui a Madrid… muchísimo mejor…. aunque hay partes muy mejorables…. Cuando Chris Martin habla de retirarse pronto, no sé si es por quedarse con la peña como hace siempre o porque realmente 3 de 4 tienen una familia que atender. Es cierto que me quedo sólo con los 3 primeros discos y que quizás este hombre no tengo un gran carisma en el escenario o le falte peso, pero quizás sea la comunicación emocional la básica para que esto funcione… de todas formas… pronto llega Muse… un Matt con un estilo determinado… más suavizado últimamente, pero con un directo indudablemente abrumador.

    • Jorge Luis García permalink*
      12/06/2012 20:58

      Hola Lucia, bienvenida al Cadillac… Hum, no me creo nada a Martin cuando dice cosas del tipo «éste puede ser nuestro último disco» y bla, bla, bla… En ese sentido también es como Bono, otro al que le gusta vender humo. Un saludo!

  6. 07/11/2015 21:40

    Hola. Estoy de acuerdo a sus opiniones chicos. Coldplay hacía un rock distinto desde Parachutes hasta Viva La Vida or Death aand All his Friends. Era algo distinto: un rock alternativo suave, triste y armonioso que trasmitía demasiado(si uno escucha Politik o Trouble se da cuenta). Pero después de Mylo Xyloto, sentí que la banda lo único que le importaba era tener éxito, pero por otro lado, y después de leer y buscar varios reportajes, Coldplay no quería quedarse en el mismo sonido. La verdad ya no sé qué pensar de ellos. De todas formas, a pesar de que ahora hagan música mainstream, logran un buen contenido del género pop.

    En conclusión, sigo alentando a Coldplay, pero antes eran mejores.

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