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«Dexter»: los restos del naufragio

24/09/2013

Dexter-Season8 Poster

(ALERTA SPOILER: Revela detalles importantes de la trama de la serie, hasta el capítulo final de la octava y última temporada, «Remember the monsters?»)

La escena pretendidamente climática de “Remember the Monsters?”, con Dexter Morgan a bordo del “Slice of Life” precipitándose a todo máquina hacia el ojo de la tormenta y por tanto hacia una muerte aparentemente segura, ejemplifica perfecta y dolorosamente lo que ha sido esta octava y última temporada de la serie bandera de Showtime, una especie de suicidio caprichoso e inexplicable que, maldita sea, todavía no llegamos a entender cómo ha podido ocurrir. Y no lo comprendemos porque después de dos temporadas renqueantes (quinta y, sobre todo, sexta)  en las que el agotamiento creativo era más que evidente, “Dexter” supo virar el rumbo en la séptima para encarar de frente una serie de acontecimientos que ya no pensábamos que los responsables del programa tuvieran las agallas de afrontar. Lo dijimos en “Dexter: hermanos de sangre” y lo volvemos a repetir ahora. La séptima temporada de la serie fue una feliz recuperación de su mejor versión que exploraba con valentía las posibilidades que abría el descubrimiento por parte de Debra Morgan de la verdadera naturaleza de su hermano. Todo apuntaba a una despedida más que digna para nuestro, después de todo, asesino en serie favorito, pero lo que ignorábamos entonces es que los guionistas habían quemado toda la munición en esa tanda de doce capítulos culminada con “Surprise, motherfucker!”, que no había un plan para sostener otra season más. Aquella tanda fue el canto del cisne de “Dexter”, la inesperada mejora del enfermo antes de sucumbir de forma definitiva. En una secuencia en uno de los primeros capítulos de esta octava temporada Debra le espeta a su hermano que disparó a la persona equivocada en aquel contenedor en el que murió Maria Laguerta… y no podemos estar más de acuerdo con ella. No me cabe ninguna duda de que, visto lo que hemos visto después, “Dexter” debió terminar ahí para ahorrarnos el sufrimiento de ser testigos de una lenta, pueril y evitable agonía.

Han sido tantos los palos que se ha ido llevando “Dexter” tras cada capítulo de esta temporada en redes sociales y blogs, tantas las mofas a costa de su imparable declive, que uno podría tener  la insana tentación de ponerse de parte de la serie. Al fin y al cabo, ¿qué culpa tenía la simpática y entrañable “Dexter” de haber tenido la malísima suerte de que su final coincidiese con el de una bestia parda que siempre ha jugado en otra liga y que, para más inri y a diferencia de ella, estaba dispuesta a salir con todo y a por todas en su último round?  Uno no puede evitar sentir cierta compasión por una serie que nunca pretendió ser otra cosa que un gran producto de evasión y que ha terminado convertida en una gran piñata a la que le llueven palos desde todas las direcciones. Trato, de verdad, de encontrar una justificación, una forma de defender esta temporada y definitivamente no se me ocurre nada. El primer problema de “Dexter” en su tanda final ha sido la cobardía de unos guionistas que no se atrevieron a coger el toro por los cuernos. Sí, la misma cobardía que les impidió tirar de la cortina al final de la quinta tanda, la que les acogotó durante toda la sexta y la que inopinadamente supieron esquivar durante la séptima. Lo tenían bien encarrilado para llegar a una conclusión potente con la que despedirse por todo lo alto y decidieron tirarlo todo por la borda, volver a recular y enmarañarse en una serie de tramas prescindibles y decepcionantes, impropias de un gran final. Da la sensación de que los responsables del show recurrieron a todos los bocetos que tenían guardados en el cajón desde hace años para futuras temporadas y juntarlos en un monstruo de Frankenstein insostenible, sin pies ni cabeza, en el que todas las piezas bailaban y ninguna casaba entre sí.

Debra Dexter

Toda la temporada ha estado recorrida por caminos que no conducían a ningún sitio, por tramas que si en algún momento amenazaban con llegar a algún punto interesante terminaban cercenadas a golpe de ocurrencia improvisada o empantanadas en la intrascendencia. No ha habido hilo conductor ni rumbo definido, pero sí multitud de cliffhangers de última hora que en el capítulo siguiente revelaban su absoluta inocuidad, en una huida hacia delante sin ton ni son y cuya progresiva pérdida de verosimilitud cada vez fue menos tolerable (y hablamos de una serie que nunca quiso ser “The Wire”, pero es que este año se han sobrepasado todas las líneas rojas en ese apartado). Así, la relación entre los dos hermanos Morgan, auténtico epicentro emocional de la séptima temporada, siguió desarrollándose en los primeros capítulos de la tanda, con Debra fuera del departamento de policía de Miami, torturada por el recuerdo atroz de lo sucedido en el muelle y sumergida en una espiral de alcohol y drogas; y con Dexter, nervioso, aparentemente perdido sin su hermana, incapaz de cerrar la brecha abismal que se había abierto entre ellos. Visto con perspectiva, quizás fueron de los pocos instantes salvables de esta campaña (a pesar del patético intento de suicidio/asesinato de Debra en el coche), pero cuando los guionistas decidieron que Deb podía vivir con ello (ay, “la familia que mata unida”…), no solo se cargaron esa decisiva línea argumental, sino al propio personaje de Jennifer Carpenter, que a partir de ese momento quedó desnaturalizado e irreconocible. Una verdadera lástima que uno de los bastiones más firmes de la serie en los últimos tiempos terminara ejerciendo de comparsa amable y complaciente.

dexter-y-vogel

Desde Showtime nos habían vendido también que esta temporada exploraría los orígenes de Dexter y del código de Harry. Para ello introdujeron a Evelyn Voguel, brillante neuropsiquiatra que tuvo mucho que ver en la creación del monstruo, un personaje que traía unas cuantas promesas bajo el brazo y que terminó siendo uno de los más ridículos y exasperantes de toda la serie. Ignoro cómo convencieron a Charlotte Rampling para involucrarse en este embrollo. Por supuesto, la trama de Voguel no llevó a ninguna parte ni nos descubrió nada sobre Dexter que necesitáramos saber, y solo fue justificable como forzadísima puerta de entrada para el supuesto “villano estrella” de la season, ese Daniel Voguel o “Brain Surgeon” que palidece ante el recuerdo de Trinity o Brian Moser, un psicópata sin aristas y de perfil demasiado bajo, indigno de una serie que está jugando los minutos decisivos. También a mitad de temporada nos presentaron a Zach Hamilton, un joven que experimenta la misma necesidad de matar que nuestro protagonista y al que éste toma como pupilo para enseñarle el código de Harry. Una propuesta argumental que podría haber tenido su sitio en cualquier otra temporada de transición pero que definitivamente chirriaba en la definitiva. Los guionistas también parecían saberlo y le dieron carpetazo rápidamente. Otro borrón y cuenta nueva. Demasiados para una sola temporada.

Dexter y Zach

Hasta la repesca de la seductora Hannah McKay, una de las grandes sorpresas de la séptima entrega, nos ha sabido a muy poco. Poco ha quedado en esta tanda de la letal y calculadora florista que encandiló a Dexter (y a todos los espectadores), prácticamente reducida ahora a elemento decorativo pero necesario, eso sí, para que la serie avanzara hacia donde tenían pensado. De los personajes secundarios históricos poco podíamos esperar a estas alturas. Unos guionistas medianamente competentes habrían tratado de encontrar la forma de involucrarles de forma activa en la resolución de la trama principal, de forma que su aburrida presencia año tras año hubiese quedado mínimamente justificada al final. Pero eso quizás era suponer demasiado; si acaso podíamos esperar que no molestasen ni entorpeciesen en exceso. Pues ni por esas. Batista ha seguido siendo el tipo bonachón que no se entera de nada (y mira que tenía motivos para sospechar algo tras la muerte de Laguerta); Quinn ha continuado opositando para ser el poli más incompetente de la historia de la TV (memorable ese momento en el que pilla a Dexter arrastrando un cuerpo: “¡sé lo que estás haciendo!”); Masuka ha recibido más minutos en esta temporada que en toda la serie, aunque a costa de ser despojado de toda la gracia que pudiese tener y de una trama que aspira seriamente a ser el argumento secundario más inoperante del año; y Jamie, bueno, a Jamie se lo perdonamos todo porque nunca, jamás, volveremos a ver una niñera tan eficiente como ella. Yo quiero una Jamie para cuando tenga hijos, en serio.

Hannah

Y llegamos a Dexter Morgan. En una temporada tan caótica y desordenada, el principal protagonista de la serie no ha salido indemne. Han sido tantas las fuerzas que han tirado de Dexter en distintas direcciones que el personaje se ha resentido en exceso. Ha protagonizado acciones tan forzadas y se ha comportado de una forma tan errática que a veces hemos dejado de reconocerle. Todos sabemos que la serie siempre ha tratado de la evolución que experimenta un monstruo sin emociones ni sentimientos hacia el progresivo descubrimiento de su humanidad. De cómo una naturaleza violenta e insensible que se vanagloria de fingir todas sus interactuaciones va experimentando emociones a las que inicialmente se declaraba ajeno hasta que su vida ejemplarmente falsa se convierte en real. La última temporada de “Dexter” debía ser la que completase esa evolución de forma natural y satisfactoria. Pero cuando Dexter decide sobre la mesa de ajusticiamiento en “Monkey in a box” que no va a matar a Daniel Voguel porque ya no siente la necesidad de hacerlo, algo rechina ruidosamente en ese comportamiento. El arco de la temporada no ha sabido llevarnos al punto de que esa decisión parezca consecuente. No es que no aceptemos que Dexter pueda dejar de matar, es que los guionistas no nos han dado las herramientas para que lo comprendamos.

Y entre tantos escenarios y tantas circunstancias que los responsables del programa tenían preparados para su personaje principal durante esta temporada final, el único que por lógica demandaba la serie, o sea, la exposición pública del psicópata y persecución o acorralamiento por parte de sus compañeros, quedó fuera de la ecuación, quizás por incapacidad de los escritores o simplemente, como ya hemos dicho, por cobardía. En lugar de eso, los guionistas han tirado por un final moralizante, sacrificando gratuitamente a Deb, que no se merecía ese destino, para que el monstruo llegara a la conclusión de que siempre pondrá en peligro a aquellos que le importan y tome una decisión drástica. Para ser honestos, el final de Dexter, el que han elegido, para mí es lo de menos. Fuese como fuese ya no iba a salvar la temporada, y “Remember the Monsters?”, en general, ha sido tan arbitrario, antojadizo e inverosímil como el resto, así que el único morbo era saber qué fortuna le habían preparado a nuestro protagonista. A estas alturas de serie cualquier conclusión me podía servir, y, sinceramente, aunque habría preferido que se saliera con la suya y hubiese terminado felizmente en Argentina con Hannah y Harrison, o que Deb le hubiese pegado el tiro a él esta vez, o incluso que Batista y Quinn le hubieran metido entre rejas para siempre,  ya hasta daba por buena esa inmolación tan aleccionadora y en el fondo poco dexteriana, pero el pegote de la secuencia final con la barba y la leña termina siendo el colofón que se merecía una temporada mezquina e insignificante.

Dexter el leñador

Poco hay que reprocharle a Michael C.Hall, que con su sola presencia ha sido siempre la razón principal por la que no nos desenganchamos del show y que ha salvado los muebles como ha podido, o pensándolo bien quizás sí sea responsabilidad suya, porque como productor ejecutivo del invento, y siendo el tipo que por lógica mejor debe conocer al personaje, jamás debió dar luz verde a esta tanda. La lógica tristeza y melancolía que nos impregna cuando una serie que hemos seguido durante años y nos ha proporcionado grandes momentos de disfrute televisivo echa el cierre de forma definitiva se torna en esta ocasión en una mezcla de rabia, porque había mimbres para haber hecho las formas de una forma distinta y se han desperdiciado de mala manera, y alivio, porque se pone fin a una larga e imprevista agonía. Que Dexter descanse en paz en su cabaña. Se lo merece. Nos lo merecemos.

24 comentarios leave one →
  1. Reservoir permalink
    24/09/2013 9:29

    Gran análisis. De acuerdo en todo.

    Dexter se había convertido en una pobre caricatura de si misma des de la quinta temporada. La sexta, la séptima, y la octava han sido una agonía, pero una agonía para los espectadores que hemos seguido viendo el show. Y la octava temporada la calificaría de ridícula. Un insulto. Dexter merecía morir y Debra, como mínimo, confesarlo todo y ser arrestada. Y todo esto por alguno de los ineptos policías que les rodeaban. Por el amor de dios!

    Pero claro, quizás todo eso era pedir demasiado. Recordemos que Debra mató a LaGuerta y recordemos también que Dexter mató a Doakes. Y tan tranquilos que aquí no pasa nada.

    En fin, lamentable.

  2. ale permalink
    24/09/2013 9:59

    No estoy de acuerdo. Dexter termina como tiene que terminar un asesino realmente listo y preparado desde pequeño para que no le pillen. No sale de rositas, pierde todo lo que a su manera quería, la mirada del final de Dexter a cámara deja ver que eso de que su pasajero oscuro a muerto era solo una ilusión momentánea y que seguirá haciendolo. esta última temporada va de q es imposible mantener la dualidad de padre de familia y asesino en serie y al final se ha decantado por Asesino en Serie para no perjudicar a su familia. La muerte de Deb es su penitencia, para mi perfecto final pero hay que saber verlo

    • Reservoir permalink
      24/09/2013 11:49

      Penitencia es la que hemos sufrido nosotros durante las últimas 4 temporadas.

      Dexter pasó de ser el asesino en serie más listo de Miami a ser el asesino en serie con más suerte de la historia de la televisión. Salvándose por los pelos en cada situación en que podían descubrirlo, por obra y gracia de unos incompetentes guionistas. Solo recordar el final de la quinta temporada, como comentan en el blog, cuando Debra no quiere abrir la cortina ya es para echarse a reír.

      En fin, Dexter no pierde nadie porque no quería a nadie, o no recordamos que es un asesino en serie frío y calculador? Capaz de matar a un policía inocente… Para él el día a día y el interactuar con la gente es tedioso, y este giro de su personalidad, humanización, que propusieron los guionistas acabó por convertirle en un pobre desgraciado, en un personaje sin pies ni cabeza.

      Esa dualidad que comentas de o padre o asesino llevaban temporadas con ella, des de que nació Harrison, y lo de perjudicar a la familia, ni te cuento cuando mataron a su mujer, o sea, que no, que esta última temporada es un despropósito sin parangón en la historia de la televisión.

      Y ya la secuencia final en que se mete con su pequeño barco en medio de un fuerte huracán y más tarde aparece de rositas en Portland, Seattle o donde coño sea que talen árboles es el acabóse del ridículo máximo. No hay por donde cogerlo.

      • El Coyote permalink
        30/09/2013 15:56

        Me parece que tu comentario es muy acertado, y sintetiza perfectamente la evolución del personaje (y la sequía de los guionistas) hasta un final bastante absurdo.
        Si al menos se hubiese quedado con la chica y el hijo… habría dejado mejor sabor de boca. Pero, después de nadar contra corriente, como los salmones…. va y se larga por las buenas…..
        Para ese viaje, no le hacían falta alforjas…. se podía haber quedado tranquilamente en su puesto de la policía….

    • 24/09/2013 17:09

      Si esta temporada iba de la invabilidad de ser asesino y padre, merecería algo más que los últimos segundos para si quiera plantearlo o dejarlo a interpretación. Dexter ha convivido varias temporadas con ese dilema y siempre ha mostrado que no era algo fácil… excepto en esta última. Parece que el amor por Hannah le hizo olvidar a su extraño pasajero, y de hecho así fue, sino habría matado a Saxon a la antigua usanza sin dejárselo a Deb. Por eso ya hasta daba igual si se iba a Argentina, siempre que supusiera dejar de ser un asesino (supongo que entonces Hannah ya no se sentiría atraída por él y lo dejaría por otro argentino psicópata).
      En cuanto a la muerte de Deb, opino igual que Jorge, enfrentándola a la realidad de su hermano, los guionistas se han perdido. De pronto lo asume, luego no, luego mata a Laguerta, luego quiere matar a Dexter, luego lo perdona pero le guarda rencor, luego acoge a Hannah….. un comodín de identidades que desfiguraron a Debra Morgan, cuyo mejor momento fue cuando estaba enganchada a drogas y evitando a Dexter, en esa situación entregarse o morir ahí mismo, habría funcionado mejor.

      • Reservoir permalink
        24/09/2013 18:35

        Gran último párrafo. Buen análisis. totalmente de acuerdo.

  3. asdas permalink
    24/09/2013 12:08

    Dime, cuanto te ha costado escribir el resumen de Dexter? y colgar las fotitos acordes con su parrafo? a quien quieres contarle la serie, a la gente que la ha visto durante 7 años? O acaso tratas de convencernos de que tu la has visto? En fin cualquier persona que haya visto Dexter y haya sentido lo que me ha hecho sentir a mi estará de acuerdo en que 100 años de carcel para Dexter no sería peor que lo que le ha sucedido, ha ocurrido el peor final posible para el, lo que tenia que evitar a toda costa y lo que todo el mundo no paraba de repetirle, que no puede compaginar sus dos vidas, llego a ser humano, llego a sentir dolor y ya no queria matar, pero ahora todo ha terminado, se acabo la voz en off, toda su parte humana ha desaparecido, ahora solo hay un asesino en serie muchísimo mas letal.

    • Reservoir permalink
      24/09/2013 12:14

      Pues para hacer esto, cosa lógica por otra parte, nos podían haber ahorrado unas cuantas temporadas. El momento ideal para terminar de esta forma con Dexter era la quinta temporada, después de la muerte de su mujer. Ese era, y no otro, el momento ideal para poner fin a Dexter.

    • Rodrigo Martín permalink*
      24/09/2013 13:06

      asdas, puedes estás de acuerdo, o no, con las opiniones vertidas en este u otros posts de este blog. Cada uno tiene sus puntos de vista, sus impresiones, y está bien discrepar. Pero nunca, jamás, minusvalores el esfuerzo y la dedicación de alguien que se ha tomado su tiempo un lunes por la noche en escribirse un post sobre la serie, para que tipos como tú lo lean al día siguiente y puedan comentar y debatir, con más o menos educación, o nula, como es tu caso. El autor de esta entrada también ha seguido la serie durante ocho años, desde el principio hasta el final, y ha podido tener unas sensaciones distintas a las tuyas, pero igualmente respetables. Las faltas de respeto y las rabietas infantiles porque alguien no esté de acuerdo con las opiniones de los posts, en este blog, sobran.

    • 24/09/2013 17:18

      No veo por qué pensar que no ha visto la serie. A todos nos ha dejado momentos inovlidables. Pero el ejercicio que hace el autor de este blog es, viendo que hay una vertiente crítica en contra de la última teporada y que lanzar mierda gratuitamente es lo que ya ha hecho mucha gente, busca la manera de defenderlo en busca de pizcas salvables o de argumentos que justifiquen o plantéen hipótesis sobre por qué los guionistas se dieron de bruces tras haber hecho temporadas tan buenas. Vale más hacer de abogado del diablo, que unirte a la corriente mayoritaria, aunque luego te lleve a la misma conclusión, pues tendrás más argumentos.

  4. 24/09/2013 13:54

    Brillante análisis Jorge. Y coincido en lo que apuntas, es más, para mi la serie es «Debra»; la que da coherencia al asunto, el personaje más elaborado, bien interpretado, su propia evolución…

    En fins, pese a todo, no olvidaremos nunca los buenos momentos (y esos grandes diálogos) que nos ha hecho pasar Dexter.

    Salut!

  5. Jordi permalink
    24/09/2013 17:24

    El final de la serie presentaba un problema. Dexter empezó siendo un personaje literario y si moría se le acababa el chollo a su autor, un tal Jeff Lindsay. Para no terminar con la franquicia lo más seguro era no matar a Dexter (aunque es cierto que existe la moda de las precuelas).
    Por cierto, por mucho que nos haya defraudado el Dexter audiovisual, el literario, para mi gusto, es deleznable

    • Reservoir permalink
      24/09/2013 18:44

      Creo que Jeff Lindsay no participaba en la serie, y seguramente Showtime habrá comprado todos los derechos, así que podían hacer lo que quisieran con el personaje sin deberle nada al escritor.

      Alargar la serie en demasía si que es lo que hicieron los productores y guionistas de Dexter para embolsarse más dinero, y el productor ejecutivo de la serie, precisamente durante las últimas 4 temporadas, ha sido Michael C. Hall, así que ya está todo dicho.

      • Jordi permalink
        24/09/2013 19:17

        Lo que hacía el escritor era, excepto en los primeros libros, escribir un poco a rebufo de la serie. Supongo que al comprar todos los derechos los libros pudieron pasar a ser mercadishing de la serie, junto a los juegos, los muñecos y mil cosas más.

        Todo esto ya entra en el terreno de las explicaciones metaaudiovisuales, pero creo que no tardarán en sacar los action man de Dexter maderero y juegos como «Dexter travels the world in disguise 3D» o algo así

  6. Alicia permalink
    24/09/2013 21:39

    Hannah McKay se gana el título a la fugitiva más tonta de las series (con el policía más tonto: Quinn), porque nunca se encubrió mientras la buscaban. Mínimo unos lentes oscuros o teñirse el cabello, pero ella andaba con las greñas rubias al viento y no quería que la reconoscan! No olvidemos que a Dex siempre le gustaron las rubias.

    Acaso yo fui la única que vio que Dex El Leñador bota una lágrima en la toma final? El colmo del autosacrificio. Donde estara ese Dexter frío, manipulador, cuadriculado,… que me enamoró en las primeras temporadas?

  7. Jorge Luis García permalink*
    24/09/2013 23:05

    Muchas gracias a todos los que os habéis pasado por aquí a dejar vuestras impresiones, especialmente a aquellos que lo habéis hecho con buena educación, estuvieseis o no de acuerdo con el contenido del post.
    Yo me alegro por todos aquellos que han disfrutado de este final, o incluso de esta temporada, mejor para ellos, pero yo no puedo estar contento con lo que he visto durante estos meses. Sigo pensando que cualquier conclusión para una serie puede ser correcta, a condición de que sea coherente con lo que nos ha estado contando. Una temporada en condiciones debe abonar el terreno para llegar a su final, debe conducirse hacia un lugar concreto, pero cuando te dedicas a corretear como pollo sin cabeza en todas direcciones no importa dónde termines. En ese punto puedes escoger cualquier opción, ya da igual porque lo normal es que todas sean insatisfactorias. Como ya ha apuntado alguno de vosotros, para llegar a donde han llegado no hacían falta tres temporadas más, el final perfecto ya estaba en el final de la cuarta tanda.
    Y si intentamos aislarnos de toda la temporada y centrarnos únicamente en lo que ofrece «Remember the monsters?», pues tenemos todo ese festival de inverosimilitudes y de caprichos de guionista perezoso que han sido la bandera del último «Dexter». Y aquí caben desde la huida de Hannah sin tomar las más mínimas precauciones, el asesinato por las bravas de Daniel Voguel sin que Batista o Quinn pongan objeciones (¿no era Joey el tipo que estuvo toda una temporada sospechando de Dexter? ¿Batista no pensó nunca ni por un momento que su querida Laguerta podía tener razón en sus acusaciones?), la escapada del hospital a pecho descubierto con el cuerpo de Deb en los brazos etc, etc. Algunos ya se habrán acostumbrado a esta apoteosis del «todo vale» y lo darán por bueno, pero a mí me molesta que me tomen por tonto tantas veces.
    En fin, que todas las opiniones son igual de válidas, y desde luego la mía no lo es más por escribir un artículo, así que todos los comentarios y discusiones son bienvenidos por aquí. Un saludo a todos.

    • Reservoir permalink
      25/09/2013 9:26

      De nada, gracias a ti por el blog. Sigue con este trabajo.

  8. 26/09/2013 19:03

    Más allá del declive evidente en las últimas temporadas, sigo pensando que el mejor final de Dexter hubiera sido el de la cuarta. Un chicle demasiado tiempo masticado y estirado que ha nublado y desdibujado al que es, sin duda, uno de los mejores personajes televisivos de la historia.

    • Reservoir permalink
      27/09/2013 11:06

      Yo creo que hubiera sido mejor una quinta y última temporada como epílogo del apoteósico final de la cuarta.

      Pero visto lo visto, estoy de acuerdo contigo en que mejor dejarlo ahí y ya.

  9. Anónimo permalink
    07/10/2013 8:47

    dexter la mejor serie!!!!! a pesar de algunos altibajos, creo que fue el mejor final, a mi me hubiese gustado que terminara feliz en Argentina pero hubiese sido muy predecible, si hubiese muerto tambien, porque bueno seria que tuvo su merecido, pero este final me parecio diferente,, impredecible, con una muerte injusta pero posible, con una asesina que safo, como muchos que safan, y , un final abierto , se sale con la suya , vuelve a engañar a todos, sigue manipulando, y? seguira matando? seguramente seguira siendo Dexter……

  10. 09/12/2013 15:25

    Comparto algunas opiniones aquí expuestas y algunas otras no.

    No voy a explicar qué desarrollo, trama o final me hubiera gustado, más que nada porque ni lo he pensado.

    «Dexter» siempre será una de las series que más nervios, angustias, temores y sorpresas me ha proporcionado. Aún recuerdo levantarme de la silla porque no podía estar sentada viendo lo que estaba pasando. Esos minutos que cada semana me llevaba a otro mundo. Al mundo de Dexter.

    Lo único que lamento, una vez vista la última temporada y el último episodio, es no haber sentido más. No me importa tanto el sentimiento en sí como su ausencia. Nunca me hubiera imaginado estar viendo su final y permanecer sentada. No sé lo que hubiera tenido que pasar, pero lamento de corazón no haber visto el último fundido a negro de pie.
    Creo que eso hubiera estado perfecto.

  11. Dani permalink
    17/03/2014 22:51

    Sé que ha pasado cierto tiempo desde el final de la serie, pero acabo de descubrir este post y quiero dejar mi opinion para la posteridad xD
    Sinceramente, y aunque gran parte de la esencia de la serie era la intriga, creo, como muchos, que se han pasado en el vaivén argumental. Eso no eran giros de guión, era una maldita barca en mitad de una tormenta tropical en el mismo centro del océano.
    ¿Que terminar con Hanna en la dichosa Argentina parecía previsible? pues si y no. Si, xq media temporada iba en ese camino. Y no, xq en una serie con tantos giros argumentales, a veces lo que parece más obvio es lo más inesperado.
    Al menos, hubiera sido un final coherente con lo que ibamos viendo. Xq en muchos capítulos dejó muy claro a su hermana que Hanna lo era todo para él y que antes moriría que dejarla ir. Tanto era ella para él, que no mata a Oliver Saxon diciendo que sólo piensa en estar con ella.
    De Harrison no diré nada, xq en las últimas temporadas le tratan casi como a Astor y Cody, que acaban siendo personajes que molestan más que otra cosa. Menos mal que lo solucionan con una niñera «seven eleven» que está 24h disponible.

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