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“A Different Kind of Truth”, la venganza de Van Halen

25/02/2012

Os debía una crítica del último álbum de Van Halen. Supongo que más de uno se meterá estos días en Google para sondear en páginas especializadas, blogs y foros la acogida que está teniendo el disco, pero yo era incapaz de escribir sobre “A Different Kind of Truth” sin hacer un poco de “background” y contextualizar (desde el punto de vista de un fan) este resurgir de la banda tras 17 años de todo tipo de avatares y vicisitudes. Dicho esto, ya avancé que el disco me parecía bueno, pero han pasado unas semanas, me he regalado algunas escuchas más y puedo decir que quizás me quedé corto. Van Halen han hecho un discazo, el más cañero de su discografía, y esto viniendo de tres tipos que rondan los 57 y 58 años (el bajista, Wolfgang, está a punto de cumplir 21) no deja de ser asombroso.

El álbum, por supuesto, no ha llegado libre de polémicas. La más comentada es que la banda ha utilizado sin escrúpulos material ya existente escrito, en algunos casos, en los tiempos primigenios de la banda, allá por los años 76 y 77. Canciones que nunca vieron la luz oficialmente, aunque figuraban en las primeras maquetas y bootlegs del grupo, de sobra conocidas por sus fans. Pero cualquiera que conozca un poco la historia de Van Halen sabrá que esto ha sido una constante en su carrera. En aquellas cintas ya figuraba, por ejemplo, “House of Pain”, que no vio la luz hasta “1984”, u otros temas que Eddie y compañía fueron retocando y dando salida a lo largo de los cinco discos que sucedieron a su debut. La maniobra, por lo tanto, no es del todo incoherente, y además, qué importa cuando el resultado final es tan apabullante como el que aquí se nos muestra.

El primero en levantar la liebre hace meses fue precisamente el ex vocalista del grupo Sammy Hagar, que vino a decir que la banda no estaba escribiendo nada nuevo y llegó a insinuar que el talento compositivo de su antiguo compinche a la guitarra se había secado por completo. Bueno, Sammy, siempre pensaré que eres un tipo estupendo, e incluso me gasté unas buenas perras en tu cantina «Cabo Wabo» de Las Vegas, pero aquí, además de pasarte de frenada, te equivocaste por completo. Sí que hay algo de material escrito en nuestros días, pero es que además el gran triunfador de la función es sin ninguna duda Eddie Van Halen, que recupera su mejor versión y la maestría, fuerza, garra, autoridad, empaque y brillantez de sus años de gloria.

El resto del grupo también muestra su mejor nivel. David Lee Roth vuelve a ser “Diamond Dave” y, al menos en el álbum (su estado vocal en directo, por lo que hemos visto, deja bastante que desear), nos devuelve a ese sinvergüenza canalla adorable que nos cautivó en los inicios de la banda. Alex Van Halen demuestra una vez más que su estilo y contundencia con las baquetas es único e inimitable, y forma una sólida e inquebrantable base rítmica junto a Wolfgang Van Halen. Éste viene a ser otro de los puntos oscuros del álbum: se llegó a decir que el propio Eddie se estaba encargando de grabar los bajos del disco, pero lo cierto es que, hasta que se demuestre lo contrario, Wolfgang está acreditado como bajista en “A Different Kind of Truth”, y si es así su trabajo es asombroso. A su favor cuenta con que ya le hemos visto en directo tocando los nuevos temas, y lo hace de forma impecable. ¿Significa esto que no se nota la ausencia de Michael Anthony? Pues lo siento pero sí, se nota y muchísimo, si no bien a nivel instrumental, sí a nivel vocal. Los magníficos coros que han caracterizado a Van Halen durante su larga trayectoria ya no brillan como antaño y en algunas canciones, que los necesitan a gritos, se echan de menos. Esos coros, marca de la casa, se han mudado ahora a Chickenfoot, por si alguien los añora demasiado.

Por lo demás, otro gran acierto de la banda es que, en contra de lo que muchos habrían hecho, Van Halen no se han preocupado de facturar ningún éxito fácilmente radiable que les devuelva la notoriedad de días pasados, sino que se han limitado a ofrecer el material más sólido que han encontrado y eso, a la larga, ha jugado a favor del resultado final. Es cierto que no nos hubiese importado toparnos con un “Unchained” o un “Dance the Night Away” en el álbum, pero conformémonos con lo que tenemos, que no es poco. Precisamente el único caso en el que sí parecen haber buscado la comercialidad ha sido en el primer single y tema de apertura del disco, “Tattoo”, pero el tiro les ha salido por la culata y es el más flojo con diferencia, me atrevería a decir que incluso el único prescindible.

Forjado de las cenizas del antiguo “Down in Flames”, “Tattoo” no tiene un mal riff ni un mal desarrollo, pero se tuerce con un estribillo demasiado simplón y sin garra. Así que la fiesta no comienza hasta la brillante “She’s the Woman”, una canción que ha permanecido casi intacta desde aquellas primeras maquetas y que habría quedado ideal como primer tema. De hecho, podría haber entrado perfectamente en su debut de 1978 y no habría desentonado lo más mínimo. “You and Your Blues”, en cambio, sí está escrita en nuestros días, pero mantiene el sabor añejo y crece en cada escucha. Con un aceleradísimo “China Town”, que inevitablemente te recordará a “Hot for Teacher”, el disco toma ya una asombrosa altura y no decaerá en ningún momento. “Blood and Fire” nace de “Ripley”, un instrumental de la época de “1984”, pero encajaría a las mil maravillas en “Diver Down” (1982). A continuación la banda descarga sin piedad “Bullethead”, “As Is” y “Honeybabysweetiedoll”, tres de los temas más heavys de su carrera, con un Eddie Van Halen recuperando definitivamente su trono y con ese aroma oscuro y contundente de “Women and Children First” (1980) y “Fair Warning” (1981). La pegadiza “The Trouble with Never” podría ser un single en potencia, aunque se resiente de unos coros ciertamente mejorables. No hay tregua, y el grupo vuelve a tomar velocidad con la espectacular “Outta Space”, que es en lo que se ha convertido su “Let’s Get Rockin’” de 1976. Otro de los temas totalmente nuevos es “Stay Frosty”, y es de lo mejorcito, un divertidísimo boogie muy en la línea de “Ice Cream Man”. El álbum se cierra de forma impecable con “Big River” y “Beats Workin’” (recuperadas a partir de “Big Trouble” y “Put Out The Lights”, de su primera maqueta), dos potentes canciones que tampoco hubiesen salido mal paradas en sus mejores obras.

La última polémica surge de su portada. Algunos ven en ella un plagio a la de “Movin’ On” de los Commodores, otros hablan de homenaje. A mí, sin más, me resbala. El artwork del disco está, por otra parte, muy currado, como merece un producto de este nivel. Para zanjar (¿definitivamente?) la cuestión, Van Halen han respondido con “A Different Kind of Truth”, y quizás el título no sea tan inocente, a toda la basura que ha generado la banda en los últimos cinco lustros, y se han tomado su merecida venganza. El álbum se está vendiendo bien en EE.UU. y la gira por aquel país será, seguro, un bombazo. Nosotros sólo podemos cruzar los dedos para que decidan pasarse por Europa y, sobre todo, para que este triunfal regreso no se quede en un espejismo.

11 comentarios leave one →
  1. Alberto Loriente permalink*
    25/02/2012 13:39

    Todavía no puedo dar una opinión fiable del disco, pero la primera escucha fue una muy agradable sorpresa. Y, por supuesto, hay unas ganas tremendas de verlos en directo.

  2. Tomás permalink
    27/02/2012 14:27

    ¡Hola, Rodrigo! ¡Muy interesantes, tus posts! La verdad es que yo tampoco esperaba mucho, sinceramente, y Tatoo me gustó, aunque sin entusiasmarme. Quizá por eso el disco nos ha sabido mejor a todos. Me alegro de que el legado de Van Halen con Roth al frente se mantenga al nivel que merece. ¡Seguiré atento a tu blog!

  3. Jorge Luis García permalink*
    27/02/2012 18:00

    Coincido en que «Different kind of truth» deja un muy buen sabor de boca. Quizás le falta un clasicazo como «Ain’t talkin’ bout love», pero tiene suficentes buenos temas. Mis favoritos, a día de hoy, «You and your blues» y «Blood and fire». Y «Tattoo» me gusta. Lástima de estribillo.

  4. 27/08/2012 6:50

    Soy fan de Van Halen y comprador compulsivo de todo artículo que encuentro relacionado a la banda. Tengo todos los CDs y apenas ayer compré mis primeros dos viniles (Van Halen y 0U812). El nuevo disco me ha parecido excelente, aunque siendo honestos he preferido lo que ha hecho Chickenfoot. Pero es VAN HALEN y han hecho sentir orgulloso de ser fan de la mejor banda del planeta. Incluso el III me gusta (Josephina es mi tema favorito).

    A Differente Kind Of Truth me ha hecho feliz por significar el regreso de mi banda favorita… y me hace albergar esperanzas de verlos por fin en vivo.

  5. joe311 permalink
    29/08/2013 20:21

    Es el mejor disco del 2012! diria que a la par de sus primeros discos que por no menos decir son GENIALES!

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