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Oscar 2016: por fin DiCaprio, de nuevo Iñárritu y, sin embargo… «Spotlight»

29/02/2016

Oscar 2016 Spotlight

Relativamente sorprendente, muy reivindicativa -las elecciones estadounidenses están a la vuelta de la esquina- y con un asombroso equilibrio en el reparto de galardones, la de los Oscar 2016 ha resultado ser una de las galas más entretenidas y emocionantes de los últimos años, en los que la previsibilidad y el aburrimiento habían hecho una aparición demasiado predominante.

Cuando quien más quien menos esperaba al final de la noche el Oscar a la Mejor Película que coronara a «El renacido» como gran triunfadora, llegó «Spotlight», la alternativa más factible, y se lo birló en el último momento, dejando así el balance sin grandes beneficiados ni damnificados… si exceptuamos a la demasiado ninguneada «Carol», que revivió el ‘síndrome «Brokeback Mountain».  Algo se barruntaba desde que se había modificado el orden tradicional de entrega para alejar, entre otras cosas, el premio a Mejor Director del de película y al final sucedió. El máximo galardón del filme de Tom McCarthy confirma la querencia de la Academia por los productos relativamente pequeños, bien armados desde su aparente modestia, actuales sin dejar de ser clasicistas. Baste recordar los triunfos pretéritos de «Argo», «El discurso del Rey» o «The Artist» -incluso «Birdman» y «Doce años de esclavitud» podrían entrar tangencialmente en ese saco-. Mientras, «El renacido», suficientemente reconocida con sus tres galardones, se inscribe con gusto entre las ‘castigadas’ por los académicos por su ‘exceso’ de ambiciones, un club de ‘peliculas totales’ que también integran «Boyhood», «El lobo de Wall Street», «La red social», «Avatar» o «Malditos bastardos». En un agradecido homenaje al periodismo más reivindicable, la decisión de los Oscar premia al cine verborreico, basado en la palabra, en el guión (el único otro reconocimiento de «Spotlight», una de las ganadoras más modestas de la historia) por encima de dos filmes que han reivindicado con maestría la esencia más primigenia del cine, la del poder sugestivo de la imagen, quedando incluso fuera sus respectivos libretos de la nominación: el de Alejandro González Iñárritu y «Mad Max: Furia en la carretera», que acaba como obra más galardonada de la noche arrollando en el apartado técnico con seis estatuillas y compensando así su ausencia en las categorías principales.

González Iñárritu se afianzó como uno de los ‘capos’ del Hollwywood actual, el gran ‘renacido’ después de unos años en los que su estrella pareció decaer, e hizo historia con su segundo Oscar consecutivo a Mejor Director y el tercero seguido para un realizador mexicano, provocando de nuevo gozosos sarpullidos a otro de los protagonistas de la noche, Donald Trump. Más allá de las fobias que provoca su innegable carácter ególatra, uno se congratula de que reine un tipo ambicioso, que lo quiere todo, con las gónadas bien puestas, uno que nos hace retrotraernos a la gloriosa década de los 70 de los Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o Michael Cimino. Su absoluta exhibición visual en «El renacido» debiera bastar para evitar cualquier tipo de objeción a un premio, que, sin embargo, no deja de provocarnos cierta lástima al desaprovechar la oportunidad de dar un definitivo homenaje a un veterano tan reivindicable como George Miller.

…Elevemos nuestras plegarias por los ahora desdichados creadores de ‘memes’ jocosos… Leonardo DiCaprio ha ganado por fin su Oscar. Seguramente no sea su mejor papel (la estatuilla podría haber sido más adecuada por ‘El lobo de Wall Street», «Infiltrados» o «Atrápame si puedes»), seguramente también lo hubieran merecido Michael Fassbender o Bryan Cranston, pero no dejaremos de celebrar ver por fin reconocida la labor de la gran estrella más ambiciosa o menos acomodaticia del firmamento actual. Con sus toneladas de millones de dólares en el banco y las innumerables modelos que gozan de su compañía, DiCaprio podría limitarse perfectamente a cumplir su papel en Hollywood con cómodas producciones ‘ad hoc’ y, sin embargo, siempre está dispuesto a meterse en los berenjenales que logran financiar gracias a su presencia los realizadores con más intención de hacer historia. Sólo por eso goza de nuestra simpatía, sin que por ello tengamos que desmerecer su excelente, tremendamente física, labor en «El renacido».

Oscar 2016 Leonardo DiCaprio

El buen gusto  y el aire fresco reinaron en el resto de categorías actorales. Dos de las mejores actrices jóvenes de nuestro tiempo alcanzaron su definitiva consolidación. La excepcional Brie Larson de «La habitación» confirmó todos los pronósticos al no tener prácticamente rival ante dos de sus, también virtuosas, compañeras de generación Saoirse Ronan y Jennifer Lawrence, mientras que lo único realmente rescatable de «La chica danesa», la bella y muy talentosa Alicia Vikander, dejó con un palmo de narices a la Meryl Streep del siglo XXI, Kate Winslet, que, sin duda, ha tenido y tendrá los reconocimientos que merece. Dos caras frescas que se unen a la también nueva pero mucho más veterana de Mark Rylance, un excepcional intérprete de teatro que en su debut cinematográfico se ha posicionado desde ya como uno de esos secundarios ‘robaescenas’ que seguramente no nos cansaremos de ver en el futuro. Rylance rescata muy merecidamente de la quema a ‘El puente de los espías’, el mejor Steven Spielberg en mucho tiempo, aunque birle el arranque emocional que hubiera supuesto el galardón para Sylvester ‘Rocky’ Stallone… pero para eso ya están los Globos de Oro.

Los malabarismos de los académicos para dejar contentos a casi todos provocaron una gala, en términos generales, muy justa. De absoluta justicia es, en un segundo ‘caso DiCaprio’, el Oscar para el genio Ennio Morricone, no tanto por su muy buen último trabajo, sino por ser uno de los más grandes compositores de música de los últimos 50 años y, además, por dejar algún buen recuerdo de la noche a un Quentin Tarantino para el que, sin duda, demandábamos una mucho mayor presencia en las candidaturas por su «Los odiosos ocho». Tampoco podía irse de vacío a casa, ni aunque sea su tercer Oscar consecutivo, otro de los ‘grandes’ del cine actual, desde su posición de director de fotografía: lo del mexicano Emmanuel Lubezki en ‘El renacido’ no sólo merece la estatuilla, sino un libro monográfico que sea lectura obligatoria en todas las academias.

88th Annual Academy Awards - Press Room

Más discutible puede resultar el premio al Mejor Guión Adaptado para «La gran apuesta», un filme que no ha acabado de cuajar entre los redactores de este Cadillac, más cuando había rivales de alta alcurnia como «Carol» o «La habitación», pero hay que admitir que no es desdeñable el trabajo realizado por Adam McKay y Charles Randolph a la hora de hacer ‘filmable’ un libro como el de Michael Lewis. Y el mal trago de ver galardonada quizás la peor canción de la historia de la saga James Bond a cargo del inane Sam Smith lo superamos de sobra viendo a la espectacularidad nada gratuita de «Mad Max: Furia en la carretera» arrasar, en detrimento de «El despertar de la Fuerza», con sus seis galardones en un apartado técnico que incluso llegó a no olvidarse de una de las grandes revelaciones de la temporada, con su premio a los Efectos Visuales de «Ex Machina». Los muy plausibles reconocimientos, pese a la entidad de su competencia, a «Del revés» en Animación, «Amy» en Documental y la húngara «El hijo de Saúl» en Película de Habla No Inglesa acaban de configurar un palmarés muy defendible.

De justicia también fueron las numerosas reivindicaciones de una gala bastante atinada: desde los llamamientos al Vaticano ante los abusos sexuales de menores de los creadores de «Spotlight» a las pullas contra Trump y, sobre todo, las omnipresentes denuncias ante la situación de la ‘minoría’ negra en Hollywood, especialmente mediante el afilado, rotundo e incluso divertido monólogo de apertura de un Chris Rock que fue otro de los grandes triunfadores de una gala que, incluso, supo reconocer con mucha clase a sus fallecidos con la interpretación de la preciosa ‘Blackbird’ beatleiana a cargo de Dave Grohl. Buen sabor de boca, en definitiva, de una edición que debiera crear tendencia en los siempre contestados premios Oscar. El año que viene, más ¿y mejor?

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  1. moisesflores permalink
    29/02/2016 14:54

    Reblogueó esto en Moisesflores’s Weblog.

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