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Nuestras películas de 2017

25/12/2017

2017 ha marcado todo un hito en la historia de este Cadillac en cuanto al top anual de cine se refiere. Ninguna película hasta entonces había acaparado de tal manera el primer puesto de las listas individuales de cada redactor y había sacado una distancia tan sideral respecto a la segunda plaza. Reservaremos unos instantes más la intriga, pero podemos adelantar que este absoluto dominio supone un pequeño desquite respecto a la afrenta que sufrió en una conocida gala -¿la mayor de esos premios?- y que el filme que causó tamaño estropicio ha sido condenado a la marginación absoluta en nuestras preferencias anuales. A buen entendedor…

Por lo demás, el año que está a punto de concluir nos ha traído un puñado de esperadísimos proyectos que, por una razón u otra, han causado una notable división de opiniones y unas prolongadas polémicas en redes sociales que también han tenido reflejo entre los miembros de este blog, aunque finalmente hemos acabando primando sus aspectos positivos y han logrado estar, en mejor o peor posición, en nuestra lista. 2017 también ha confirmado el estátus de nombres como Aki Kaurismaki, Edgar Wright o Asghar Farhadi como valores seguros y ha recuperado felizmente para la causa a Darren Aronofsky. Pero, cuando echemos la vista atrás, lo que nos hará recordar estos 365 días con más agrado es la aparición de unos cuantos nuevos nombres que han conseguido su revelación absoluta y, partiendo de proyectos pequeños y en principio poco promocionados, nos han desarmado con sus historias y su excepcional forma de contarlas. Este es el combustible que nos permite mirar al futuro con mucho optimismo y esperar que 2018 sea, otra vez, un gran año de cine. Por el momento, os dejamos con nuestras películas favoritas de 2017, que, como siempre os decimos, no tienen porque ser las mejores pero sí las que nos atrevemos a recomendaros con mayor fervor. ¡Que las disfruten!

 

1. LA LA LAND – Damien Chazelle

Ya lo advertimos cuando reseñamos la excelente «Whiplash»; con Damien Chazelle estábamos ante un cineasta de esplendoroso futuro que nos iba a dar muchas alegrías. Pero no pensábamos que fuera a ser de manera tan inmediata. Nuestro geniecillo decidió dar un volantazo a su carrera y acometer un proyecto de lo más ambicioso: reformular el algo gastado género del musical para inscribirlo plenamente en los valores del siglo XXI, respetando tanto sus estándares clásicos como actualizándolo debidamente para que los jóvenes de hoy se vean perfectamente reflejados en él. Desde su ya legendaria primera secuencia comprobamos su absoluto virtuosismo técnico -un auténtico festín- pero lo mejor es que el guion estuvo a la misma gran altura y supo cautivarnos con una honda reflexión sobre la difícil convivencia entre el amor y los sueños individuales, todo ello enmarcado en una Los Angeles recuperada para el ‘glamour’ y aliñado con unas canciones tan encantadoras como adictivas. Ryan Gosling y Emma Stone es la pareja del momento y «La La Land», la gran experiencia cinematográfica del año. (Nuestra crítica completa, aquí).

 

2. MADRE! – Darren Aronofsky

Si os decimos la verdad, no es que esperáramos gran cosa de lo nuevo de Aronofsky después del batacazo que supuso «Noé». Pero desde que el primero de nosotros en verla puso en aviso al resto, la bola de nieve fue creciendo cada vez más y más en el Cadillac y «Madre!» ha acabado en nuestro número 2, en medio de encendidas loas. El neoyorquino se liberó de toda atadura y aplicó su óptica más oscura para narrarnos las vicisitudes de una pareja en una apartada mansión. Lo que empieza siendo una desasosegante y ejemplar muestra de terror cotidiano acaba, en su segunda mitad, siendo una de las montañas rusas más locas que hemos podido presenciar en la última década en una pantalla de cine. Metáfora religiosa, oda a la maternidad, disección de la creación artística, cualquier cosa puede ser «Madre!», pero, sobre todo, es una experiencia absolutamente impactante y un torbellino de sensaciones pocas veces vivida. (Atrévete a conocer más de ella en nuestra crítica).

 

3. BLADE RUNNER 2049 – Denis Villeneuve

Con permiso de «Los últimos Jedi», el proyecto que más deseábamos/temíamos este año era, sin duda, «Blade Runner 2049». Nadie en su sano juicio esperaba revivir las emociones que nos causó en su día la obra maestra primigenia de Ridley Scott, pero cuando el nombre de Denis Villeneuve como director salió a palestra, nuestro semblante cambió y surgieron brotes verdes de esperanza, no en vano el canadiense es uno de los predilectos de este blog. Y cuando el gran día llegó, es verdad que echamos a faltar un guión algo mejor rematado y algo de aquella magia indefinible de la original, pero no dudamos en rendirnos a las virguerías sin igual de su apartado técnico, desde su deslumbrante diseño de producción hasta una fotografía impactante, además de alegrarnos de que la historia fuera lo suficientemente interesante y tuviera el tono adecuado para resistir las comparaciones sin demasiado problema. Posiblemente, el impacto de «Blade Runner 2049» más allá de su ‘fandom’ no haya sido el esperado, pero nosotros no hemos podido obviar una experiencia tan fascinante. (Aquí tenéis la visión que nos ofreció en su día nuestra firma invitada Jaime Iglesias).

 

4. DUNKERQUE – Christopher Nolan

Cuando en pleno julio todo el mundo estaba intentando aliviar los rigores del verano y pensando en las inminentes vacaciones, los miembros del Cadillac sólo pensábamos en una cosa: la muy esperada llegada de «Dunkerque». El que uno de nuestros realizadores fetiche se atreviera a dirigir su primera película bélica, con la de grandes clásicos que ha deparado el género, nos llevaba haciendo salivar desde hace meses. Y la sorpresa fue que Nolan huyó de los tratamientos canónicos y nos brindó uno de sus filmes más radicales. Sin apenas diálogos ni presencia en pantalla del enemigo, el autor de «El caballero oscuro» nos ofreció una apasionante experiencia inmersiva para narrar una de las batallas más importantes de la II Guerra Mundial desde tierra, mar y aire. Puede que a veces resultara un tanto fría, pero el brillante apartado técnico y esa angustia que nos sabe hacer vivir sobre dónde y cuando explotará la siguiente bomba bien le vale a «Dunkerque» un merecido cuarto puesto. (Aquí podéis leer nuestra crítica).

 

5. VERANO 1993 – Carla Simón

Nunca habíamos tenido una película española en nuestro ‘top 5’ anual…y ya iba siendo hora. La culpable de romper esta barrera de cristal no fue uno de los grandes proyectos de la industria nacional sino el pequeño proyecto de una joven debutante que ha ido ganando adeptos por donde ha pasado y que ha acabado convirtiéndose en el filme patrio más importante del año. La vida de una niña de seis años inmediatamente posterior a la muerte de sus padres podría haber dado pie al mayor de los dramones. Sin embargo, la enorme madurez de Simón sabe llevarnos de una forma tan natural como sutil por el cúmulo de sensaciones que va albergando la pequeña al iniciar una nueva vida en el seno de la familia de sus tíos y su pequeña prima en un entorno rural y veraniego. Con una virtuosa dirección naturalista, un ritmo perfecto y un ajustado equilibrio entre la sonrisa y la emoción, Simón nos va hechizando poco a poco con su mágica propuesta -fabulosas interpretaciones infantiles mediante- hasta un puñetazo final que nos acaba desarmando totalmente.

 

6. A GHOST STORY – David Lowery

Probablemente «A ghost story» tenga uno de los títulos más descriptivos respecto a su trama y, al mismo tiempo, más confusos para el anónimo espectador plantado delante de la cartelera de una multisala. El sentido de la muerte y el poder del amor como mayor fuerza de la naturaleza. No aquel amor nolaniano y multidimensional de «Interstellar»; sino un amor melancólico capaz de aflojar los tensos lazos del tiempo. A través de la imagen más clásica e infantil del estereotipo de un espectro, David Lowery nos lleva de la mano a un viaje a ninguna parte y a cualquier momento; que se inicia cuando todo ha terminado y cuando todo vuelve a empezar. Donde no son necesarias las palabras, ni los gestos. Muerte y vida angustiosamente encerradas entre cuatro paredes, al igual que el espectador en ese formato 4:3 tan difícil de asimilar en sus primeros minutos. Añadid a un breve Casey Affleck, una inmensa Rooney Mara y una tarta a esta combinación y obtendréis una obra maestra que no dejará a nadie indiferente y con la que difícilmente habrá dos opiniones coincidentes. ¡Qué bello es morir!. (Podéis leer aquí nuestra crítica).

 

7. LOS ÚLTIMOS JEDI – Rian Johnson

Cada nuevo episodio de “Star Wars” desde 1980 (sí, desde hace tanto tiempo) ha sido recibido con pataleos y acusaciones de cargarse su espíritu original, pero lo que ha ocurrido con “Los últimos Jedi” no tiene parangón. El odio se ha extendido por toda la galaxia de Internet hasta niveles insospechados. Y si no la odias a muerte casi estás obligado a amarla incondicionalmente. No deja de ser curioso que esto haya ocurrido precisamente con una película que renuncia al blanco o negro para buscar con todas sus fuerzas los grises. Pero si se trata de elegir bando, en este blog nos alineamos abiertamente con los lovers (y juramos que no recibimos ningún cheque de Disney por ello; ya nos gustaría recibir algún cheque por algo). “Los últimos Jedi” tendrá sus fallos y flaquezas pero tender puentes con los episodios V y VI para después quemarlos casi todos a fin de sentar las bases de un futuro renovado para la saga no puede ser uno de ellos. Rian Johnson demuestra conocimiento y amor por la mitología galáctica pero no teme darle un par de vueltas de tuerca, y por el camino nos deja varios momentos antológicos y emocionantes, a la altura del legado. El viejo Lucas debe respirar aliviado, porque si su trilogía de precuelas hubiera salido en estos tiempos de tuits iracundos y peticiones absurdas en change.org le habrían quemado el rancho hasta los cimientos y forzado al exilio en Dagobah. (Nuestra galáctica crítica, aquí).

 

8. DÉJAME SALIR – Jordan Peele

Una de las sorpresas de la temporada llegó firmada por Jordan Peele, quien en su ópera prima aprovecha una más o menos típica cinta de terror con sus giros más o menos sorprendentes para azotar a la sociedad más conservadora pero también a la más liberal mediante un juego de arquetipos, de verdad-mentira, de creencias preconcebidas que dejaban en pañales hasta a la mente más progresista. El ‘tour de force’ en el que se ve envuelto el protagonista lleva al espectador a una montaña rusa de sensaciones y terrores para, a la salida de la atracción, plantarle en la cara un espejo en el que ver reflejada la hipocresía en la que nos movemos. Bienvenido sea este título a las listas y premios que reconocen a lo mejor del año, ya sea por su riesgo, por llevar este género a la primera plana de la reputación o por la denuncia que conlleva. (Nuestra crítica aquí).

 

9. MANCHESTER FRENTE AL MAR – Kenneth Lonergan

Kenneth Lonergan sólo nos sonaba a unos pocos como el desdichado responsable de «Margaret», uno de esos proyectos de Hollywood que nacen gafados, atraviesan los mil y un problemas y acaban en pantalla ya tan desgastados por las circunstancias que apenas se le hace caso. Muchos habrían abandonado eso de hacer películas, pero el gran acierto de Lonergan fue el de no desesperarse, tomar aire y ponerse con otro proyecto, primero escribiendo el guión y después, un poco de rebote, acabar dirigiéndolo.  Gracias a esta perseverancia tenemos con nosotros «Manchester frente al mar», uno de los dramas más sutiles, emocionantes y profundamente humanos de lo que llevamos de siglo. Lonergan acierta de plano en evitar el trazo grueso a la hora de abordar el encuentro entre dos vidas devastadas, la de un tío ya casi autista y la de un sobrino que acaba de perder a su padre. A medida que vamos conociendo sus trágicos pasados, vemos ante nuestros ojos construirse una difícil pero entrañable relación que nos le hará recuperarse, pero, por lo menos, les ayudará a seguir intentándolo. Un guión mágico, unas interpretaciones de primer nivel (gran Casey Affleck) y una dirección desbordante de madurez dan como resultado una obra mayor. (Aquí podéis leer nuestra crítica).

 

10. EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA – Aki Kaurismäki

«El otro lado de la esperanza» nos trae la historia de Khaled, un joven sirio que llega a Helsinki y decide quedarse a pesar de que su solicitud de asilo es rechazada. Si esta cinta se ha colado entre nuestras favoritas del año es por derecho propio, porque Kaurismäki no sólo apuesta por contar una historia, sino por hacerlo de manera brillante, siendo rabiosamente actual pero también cautivador en sus formas. El drama del exilio queda amortiguado por un humor particular que impregna todo el film, al mismo tiempo en que todo es mostrado tal y como es, sin moralina ni anestesia, tan natural como el transcurrir de los días. Es una frialdad que calienta el corazón de los espectadores, a caballo entre el viaje forzoso de Khaled y el restaurante cochambroso de Wikhström, donde hay pescado en conserva y algo parecido a la esperanza. Viva la negrura en la que nos inventamos luces.

 

11. COCO – Lee Unkrich y Adrián Molina

Andaban ya los más inquietos pregonando una presunta crisis de Pixar tras las (muy relativas) decepciones consecutivas de «El viaje de Arlo», «Buscando a Dory» y «Cars 3», pese a que una obra maestra como «Del revés» no estuviera ni mucho menos lejos, cuando la compañía del flexo saltarín ha tenido a bien poner en vereda a esos escasos detractores con «Coco»,  Un peso pesado de la empresa como Unkrich se alía con el bisoño Molina para adentrar a Pixar en su vertiente más exótica hasta el momento. Ambientada por primera vez en un ámbito latino, «Coco» aprovecha la milenaria tradición mexicana del Día de los Muertos para introducirnos junto al protagonista Miguel en un Más Allá pletórico de color, gracia y emoción -uno de los mayores ‘tour de force’ técnicos que Pixar jamás haya afrontado y del que sale absolutamente bien librada- .Un goce para los sentidos que es bien acompañado por un guión tan sólido como -eso sí- algo previsible. Nada que empañe demasiado un nuevo triunfo de Pixar.

 

12. BABY DRIVER – Edgar Wright

Edgar Wright es uno de esos nombres por los que en el Cadillac sentimos especial simpatía. Por eso nos dolió que, tras lograr colocar su «Bienvenidos al fin del mundo» en nuestro top de 2013, se llevara el berrinche de no poder llevar a buen término su primera experiencia con Marvel en una «Ant Man» que acabó dirigiendo Peyton Reed. Pero, por otra parte, nos alegramos de que ese tropezón le llevara a pergeñar un filme tan absolutamente divertido y ‘cool’ como «Baby Driver». Estrenada en verano, la estación que mejor corresponde a su carácter chispeante, la de Wright bien podría haber pasado por ser otra entretenida peli de atracos más. Sin embargo, el británico no puede dejar de estampar su sello personal y brindarnos la más brillante utilización de la música en un thriller desde el primer Quentin Tarantino -atiendan sino a esa fabulosa secuencia inicial al ritmo del «Bellbottoms» de la Jon Spencer Blues Explosion- , además de un muy  original retrato del ‘angst’ adolescente y un protagonista tan molón como Ansel Elgort. Coches, tiros, rock…un festín de diversión.

 

13. VERÓNICA – Paco Plaza

La última cinta de Paco Plaza ha sido una de las sorpresas más gratas del cine patrio que hemos recibido este año en las salas. «Verónica» no es sólo una gran muestra de terror, de un terror que nos devuelve unas décadas atrás en sus formas, sino un retrato social y familiar desde el punto de vista de un personaje femenino maravilloso interpretado por Sandra Escacena. La película nos lleva a la barriada madrileña de Vallecas en plenos noventa, a la ouija en la adolescencia y a un recorrido por todos conflictos de una juventud que no puede darse debido a las circunstancias que se reflejan en ella. Basada en un caso policial real, «Verónica» se nos antoja orgánica, palpable, cercana, de barrio, de todos nosotros. Aderezada con una banda sonora acertadísima que recorre grandes temas de Héroes del Silencio, su buen hacer, su contextualización y sus homenajes la han llevado a convertirse en una de las favoritas del Cadillac de 2017. (Aquí podéis leer nuestra crítica).

 

14. YOUR NAME – Makoto Shinkai

No es necesario ser unos fanáticos acérrimos ni unos avezados expertos en anime (nosotros no lo somos) para caer rendidos ante una preciosidad de película como “Your Name”. Su animación es sencillamente prodigiosa y aunque su historia parta de una premisa, llegamos a creer, un tanto manida en los últimos tiempos, Makoto Shinkai se encarga de sacarnos de nuestra ilusión mediada la cinta, embarcándonos finalmente en un viaje imprevisible contado de una forma nada convencional, divertida y muy, muy conmovedora. Todo un fenómeno en Japón, en donde se ha convertido en la segunda cinta nipona más taquillera de la historia (superada sólo por “El viaje de Chihiro”), si “Your Name” ha triunfado también fuera de sus fronteras ha sido por su capacidad de llegarle al corazón a personas de cualquier rincón del planeta. Porque si no te emocionas con la mágica odisea de Taki y Mitsuha es que no eres de este mundo.

 

15. EL VIAJANTE – Asghar Farhadi

Tras aquella revelación noventera que supuso el descubrimiento en Europa de nombres como los de Abbas Kiarostami o Jafar Panahi, el cine iraní no parecía pasar por sus mejores momentos. Sin embargo, la aparición de Asghar Farhadi ha supuesto todo un revulsivo. Tras seducirnos con títulos tan sólidos como «A propósito de Elly» o «Nader y Simin, una separación», Farhadi ha vuelto a mostrar su gran regularidad con «El viajante», cinta con la que ha ganado su segundo Oscar a mejor película de habla no inglesa y con la que ha logrado debutar en nuestros tops anuales. «El viajante» pasa por ser en su primera mitad un retrato de la nueva sociedad iraní y sus problemas para adaptarse al cambiante mundo actual desde un pais anclado en la tradición. Sin embargo, Farhadi nos depara un cambio de tono radical para la segunda parte y brinda uno de los momentos más desasosegantes y cargados de tensión de todo el año cinematográfico, Una demostración más de uno de los grandes talentos de lo que llevamos de siglo. (Lee nuestra crítica aquí).

 

 

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